EL TIEMPO

Una nueva oportunidad de colaborar en el Semanario ribereño Más. Hace tiempo que no toco temas más polémicos y es que prefiero aprovechar la ocasión para reflexionar sobre lo importante, pero esta semana no sabía qué decir así que ha tocado hablar del tiempo. De nuevo gracias por dejarme «escribir en voz alta».

Pues como no sé de qué escribir toca hablar del tiempo. Ese compañero perenne que vuela, miramos atrás y nos parece mentira, quizás nos ha arrasado, y algunas veces ha conseguido convertir unos segundos en un sentimiento eterno, que aunque revivimos con la misma intensidad que nos invadió en aquel instante, que quizás parecía irrelevante, pero escondía tantísimo en su interior. El tiempo, amigo cuando se ralentiza para que saboreemos más, travieso cuando esprinta pero permite que revivas esos minutos en tu memoria, y enemigo cuando se multiplica intensificando ese momento que nos ha destrozado aunque al aplicar la pomada de la distancia temporal comprobamos que ha permitido que crezcamos. Esas vivencias nos conducen a la persona que somos actualmente, y damos las gracias si nos vemos bien y rogamos permanecer así, o no nos gusta lo que vemos en el espejo, y queremos que el tiempo pase y llegue el futuro para poder cambiar. Pero, el futuro lo creamos desde el presente, es ahora cuando tienes que fijarlo o ponerte en marcha para transformarlo.

El tiempo y sus estaciones. La primavera que nos despierta, nos prepara pero nos desestabiliza ya que si queremos conseguir algo debo actuar y eso cuesta, nos impulsa a regenerarnos y a crecer. El verano, explosión de vida, tiempo de trabajo y comenzar a comprobar los frutos, aunque aún estamos en la recolección, producimos mientras disfrutamos del calor, el sol, se cumplen los sueños, y todo es más liviano y asequible aunque también aplatana y te permites retozar para disfrutarlo en compañía. El otoño, somos conscientes de que queda menos tiempo, o pongo en marcha todas las estrategias o no conseguiré los objetivos, pero admiramos la belleza que impregna los ocasos. El invierno, hacemos balance, nos recogemos en nosotros mismos, tenemos más ganas de arroparnos pero vamos vislumbrando cómo puede ser el futuro y lo que queremos cambiar, y tu mejor compañía eres tú.

El tiempo como ciclo. Todo vuelve, todo se repite, todo tiene una secuencia y es predecible. Pero nos creemos más listos que el tiempo, los errores del pasado no pueden alcanzarnos, se supone que hemos aprendido la lección y además hemos cambiado, pero ¡Sorpresa! Vuelve a repetirse el círculo vicioso, y nos pilla desprevenidos, aunque nos habían avisado ya. Aunque si has evolucionado, será una espiral y esa piedra con la que vuelves a tropezar la vivirás de otra forma, y quizás no golpee tan fuerte y sus ondas llegarán más lejos y más intensamente.

El tiempo como regalo. Disfrútalo porque es el único que no vuelve. Atesóralo porque es lo que te permitirá vivir el presente y acariciarlo en la memoria cuando busques ese momento deliciosamente imperfecto.  Compártelo con los que quieres porque lo mejor que puedes ofrecer es tu propio tiempo.

Laura

METÁFORA DEL MALTRATO (Más)

El pasado 25 de noviembre se llevaban a cabo muchas actividades y movilizaciones con motivo del rechazo a la violencia de género. Esperemos que dentro de poco no sea necesario remover conciencias porque esa lacra ya no exista. Desde el semanario ribereño Más me dieron nuevamente la oportunidad de escribir en voz alta este texto, que escribí hace tiempo en mi blog pero desde sus páginas me permiten romper la brecha digital y poder llegar a más personas. Agradezco esta oportunidad y la confianza, me siento como en casa entre sus páginas, Junt@s llegamos a Más y así será también en esta lucha contra la violencia.

Paseando por la zona del Rancho Grande vi una casa que me pareció una clara metáfora del maltrato.

Un paraje precioso, con campo, tranquilidad, el sol brillando, el sonido del río brincando entre las piedras, la vida soñada, y sin embargo, la casa destruida, sin techo, sin abrigo, sin medios, con los cimientos fuertes pero pensando que su fin ha llegado o que ése es su destino, que no ha sabido dar todo lo que estaba en su mano y que por eso la han tratado así…..

2 habitaciones….
Una llena de ropa y basura. Ropa buena, con brillos, lentejuelas, ropa bonita, esperando a que llegue el momento de hacer brillar a su dueña. A su lado, escombros, botes de cerveza, todo amontonado, todo hecho una amalgama de productos sin sentido, de cosas que no hacen falta, de recuerdos que sirvieron pero que han dejado abandonados como si ya no tuvieran ninguna utilidad.
La otra habitación es la que podéis observar en la fotografía. Frases demoledoras: “ésta me la vas a pagar”, “te voy a partir la cabeza”…. En otras paredes, alternándose con esas frases negras que resuenan en la cabeza y que hacen revivir los momentos de tormentos, frases sencillas, rosas, las palabras que te dice desde su falso arrepentimiento, quizás debería decir desde su propia vergüenza si es que alguna vez ha llegado a sentirla, “te quiero”, “no me dejes”……Esas palabras, esas lágrimas falsas son las que te encadenan a esa tortura, que no es lo que realmente te corresponde porque tú has nacido para ser libre y grande, has nacido para brillar con luz propia.

Junto a la frase ¡no te vayas!, una puerta derrumbada, sin posibilidad de escapatoria. Esas palabras que te atrapan y que consiguen, poco a poco, colocar más piedras para convencerte de que no hay salida, que ése es el sitio donde te corresponde estar. Y al lado de “te quiero”, una ventana abierta de par en par. Si de verdad te quisiera te dejaría volar sin límite, confiaría en que tomases tus propias decisiones, no tendría miedo a que en alguna ocasión dijeras “no” o “si” o lo que realmente piensas y sientes. Y lo más importante, si tú misma te dijeses te quiero, verías que tienes libertad para vivir como realmente mereces, que sabes que no es como te están haciendo sentir. Si te dijeses te quiero, comprobarías que nadie te puede pisar y que tienes, no solo la ventana, sino la vida dispuesta para ti, para sentirla como tú quieres vivirla, decidiendo por ti misma, eligiendo, mal o bien, pero siendo  la que tomas las decisiones.

Foto Txino Marañón

Hay otra perspectiva, una foto, tomada desde fuera, desde el exterior, observando por la ventana con una frase que dice “no quiero verte la puta cara”. Personas que saben lo que pasa, que lo ven, que incluso tienen ese mismo pensamiento sobre la persona que está doblegando tu dignidad, pero que permanecen calladas y que por tanto apoyan lo que ocurre dentro de esas 4 paredes que te oprimen haciéndote cada vez más vulnerable.

Sinceramente me gustaría que no tuvieras que vivir esa situación. Me gustaría que esta no fuese tu vida. Me gustaría darte la mano y ayudarte a salir por esa ventana. O mejor, me gustaría que vieras en el espejo la misma grandeza que yo veo cuando te miro a los ojos y que con esa fuerza, con esa seguridad y esa autonomía (no lo dudes, todo eso lo tienes dentro esperando ver la luz para poder resurgir) fueras tú misma la que quite las piedras que obstaculizan la puerta. Libérate de esos escombros de recuerdos que impiden tu salida. No estás sola, tienes fuerza para hacerlo, gente que te acompaña. Nadie dijo que fuera fácil pero siempre te dijeron que la vida es para las personas valientes como tú.

Cuando veas que tu alma pertenece a ese mundo exterior lleno de luz y no a esa casa oscura y derruida que ha confeccionado para ti con mentiras, en ese momento, que no será solo uno sino un cúmulo de circunstancias, estarás dispuesta a saltar y comerte el mundo. No sólo brillará el sol sino que tú contribuirás a llenar la vida de los demás de colores, dibujarás sonrisas…….y lo mejor empezarás a quererte como realmente mereces. ¿qué por qué lo sé? Porque los que realmente te quieren confian en ti y saben que eres capaz de conseguir todo lo que tú te propongas.

Laura

LO VITALMENTE IMPORTANTE

Una semana más tengo la oportunidad de poder colaborar en el semanario Ribereño Más. Muy agradecida por mantener esa confianza y por poder «escribir en voz alta». Un pequeño homenaje y gran agradecimiento a las personas extraordinariamente corrientes.

Es necesario hablar de lo importante. Últimamente la sociedad está triste, nerviosa, a la expectativa, con ganas de leer en la bola de cristal el futuro o buscando un reloj capaz de cambiar el pasado. Y yo en este momento me centro en observar la vida. Me enfadó con el despertador y se crea mi sonrisa con el abrazo somnoliento de mi hijo, que al rato se pregunta porqué ha empezado la rutina si aún  es de noche. Se queda con su abuelo que impulsa a su hija para comerse el mundo, mientras se van los dos de la mano hablando de sus cosas. En el autobús pienso que alguien tiene mi trabajo junto a mi casa y yo tengo el suyo (¡¡Una app para intercambio y conciliación ya!!). En Legazpi, alguien sostiene la puerta a otra persona con muletas pero pierde 3 segundos y se va y con él ese acceso, y el chico abre con su botón, manteniendo su autonomía intacta y siendo ejemplo de superación. En las escaleras se escucha un violín que desgrana las notas que rasga un anciano venido del Este que regala su don a quien quiera escucharlo mientras su mujer sonríe paciente. En el vagón quien cede el sitio a una señora es un niño latino, mientras el resto guarda su vergüenza en el móvil, y la sonrisa de esa madre al felicitarla por la buena educación del niño. La creatividad, la resistencia, la ilusión y la profesionalidad de tantas agentes de cambio social que quieren un mundo mejor, y no se conforman y pasan a la acción. Las personas que muestran realidades más sutiles, que traspasan tiempo y espacio o envían cristales. Las personas que siguen sus sueños (ellos conocen el camino) y obtienen su primera cosecha rodeadas de su familia, y lo comparten y agradecen. Las personas que reivindican un abecedario sobre un arco iris porque no les gusta la realidad que ven y quieren repartir la diversidad para que la sociedad crezca. Quien va con una sonrisa y una palabra amable. Los incansables que luchan por dar voz a un río agonizante. Los que cuidan los pies mientras sanan el alma (incluso tras dar una patada a la pared) y no cuestionan sino que acompañan. Esa amiga que te da mil respuesta, o a la que no llamas pero sabes que está siempre. Esa familia de raíces profundas de la que estás orgullosa y es tu ejemplo. Personas que enseñan deportes y valores a los niños, y quien inmortaliza esos momentos generosamente. Esas profes que te sonríen orgullosas después de tantos años y a las que agradeces tanto. El camarero que te habla por tu nombre y sabe lo que te gusta. La Librería con tu próxima lectura aunque tú no lo sepas. Quienes ponen el Foco, los que crean arte con sensibilización, abriendo puertas azules que no dejan frío a nadie, los que acercan la historia a los peques. Quien regala su tiempo de forma voluntaria a los demás. Los que velan por nuestra seguridad.  Quien cuenta la verdad de su corazón sin importar lo que otros piensen y los que saben leer entre líneas. Los que no vemos pero habitan en nuestro corazón. Aquel pintor de vida que se refleja en los abrazos de sus hijos. Los que no piensan igual pero se respetan sinceramente. Creo que esas son las personas importantes, personas “corrientes” y  únicas, imprescindibles en mi vida y a las que estoy tan agradecida. Esas personas que crean una sociedad mejor, la que necesitamos.

Laura

BAILAR BAJO LA LLUVIA

Nuavemente he tenido la oportunidad de escribir en el Semanario ribereño Más. Como siempre, muy agradecida por la oportunidad que me dan de escribir en voz alta.

Solemos tener una zona de  confort, un estado de bienestar que nos hacen sentir protegidos, como si estuviésemos en un tubo de cristal que nos aísla pero por el que podemos ver. Es como cuando ves la lluvia desde tu casa y te sientes calentita, cobijada, sientes la belleza del momento pero también eres consciente de lo que sienten los que están en la calle. Ves los árboles moverse pero no sientes el aire, ni el sonido, ni la vibración.

Pero dentro de esa tranquilidad existen momentos, vivencias, pensamientos que resquebrajan, aunque sea una mínima parte, esa sensación. Empezamos a pensar más allá, nos sentimos impulsadas a buscar una solución o a vivir algo nuevo. Sopesamos pros y contras, reflexionamos, cogemos fuerza y decidimos pasar a la acción. Sigues en el salón, pero dejas la manta, te levantas y te acercas a la ventana, incluso la abres aunque sabes que se puede mojar el parquet pero quieres sentir el viento, oír como caen las gotas y oler la tierra mojada. Y se pinta una sonrisa, te armas de decisión (aunque también te protejas y cojas chubasquero y paraguas) y sales a la calle, incluso sonríes cuando los demás te miran como si se tu hubiese ido la pinza, pero tienes claro lo que quieres. Quieres sentirlo en tu piel, quieres empaparte, y decides romper las barreras, que no son otras que las tuyas porque eres la verdaderamente responsable de su vida, y te fundes en la lluvia, te mezclas con la esencia de la naturaleza, con la fuente de la vida. Y ríes al bailar bajo la lluvia, incluso puedes ver y abrazar a esa niña que fuiste y saltaba en los charcos sintiendo la felicidad absoluta.

Hay momentos en los que decides tomar las riendas de tu vida, aunque quizás te equivoques, pero confías en tus posibilidades porque sabes que realmente mereces la oportunidad y que todo te vaya bien, has aprendido y has trabajado los recursos, quieres tener nuevas sensaciones que sabes que serán tu trampolín hacia algo mejor. Eres valiente porque confías en tu fuerza interior. Y lo mejor es que todo fluye…y sonríes…y ¡¡VIVES!!

Laura

ASAMBLEA POR EL RÍO TAJO

De nuevo he colaborado con el semanario Más. Creo que hay veces que José Ángel me llama en el momento oportuno y esta vez quería hablar de algo muy importante para mi:  la Asamblea para la defensa del río Tajo en Aranjuez. La semana pasada les otorgaron el premio Dragona Iberia por su espíritu y energía. Insisto en que ese premio es de todos los ribereños que se mojan por su río de una forma u otra.  Así es como yo los veo, así es como yo lo siento. Gracias de nuevo por dejarme «escribir en voz alta».

Si me preguntas a qué elemento pertenezco te diría que al fluvial. Mi vida, mi herencia es de las aguas del Tajo. Nuestro contexto nos marca y yo soy de la ribera, y así lo sentimos muchas personas. El río ha marcado nuestro ritmo, ha forjado nuestro carácter, nuestra rutina. Todo se lo debíamos y éramos conscientes de ello. Después se le dio de lado. Su música sonaba de fondo, siempre presente desde el olvido, paciente. Generoso, aporta su riqueza y su energía. Agonizante, por una codicia que se empeña en alterar artificial y atrozmente su cauce y su destino, un mes tras otro completando décadas, y esa sentencia de muerte no la impiden ni los unos ni los otros. Los responsables, creyéndose dioses, malean la naturaleza jaleados por intereses económicos desiguales sin pensar en las consecuencias. Mientras el Tajo, resiliente, cuando le dan un respiro se recupera, renace, limpia, cuida todo a su paso, alimenta su creación, consciente de que él abrirá su camino de una forma u otra, se reinventará y perdurará pero los que perdemos somos nosotros.
Con este pensamiento y con la certeza de que no puedo estar de brazos cruzados acudí a la Asamblea por la Defensa del río Tajo en Aranjuez. Lo había pensado muchas veces, pero me sentía “pequeña”, quizás intimidada, nadie me conocería y no estaba “invitada”. Esa era mi impresión, y no acudí hasta que fui por pertenecer a un partido político. Cuánto me equivocaba. La Asamblea es abierta, no excluye a nadie, todas las personas suman con sus conocimientos, su ilusión, sus ideas o su compañía (qué importante es el apoyo moral). Hay un objetivo común: el río Tajo y su bienestar que está unido al fin del Trasvase. Hay muchas formas de trabajo y opiniones (cuántas discusiones y debates habrán tenido lugar) pero cuando el objetivo es claro se liman asperezas y se comprende que entre el blanco y negro hay grises y que en ese punto está el acuerdo y la solución. Es una carrera de fondo, cuando uno se quiere rendir otro tira hacia delante, cuando una idea no sale, otro busca el mecanismo y cuando aparece una cara nueva se añade un latido de ilusión al ritmo asambleario. Sabemos que nos hace falta más, que no llegamos a todo pero tenemos la certeza de que el objetivo lo merece. Buscamos ese pegamento social que encienda la mecha para la movilización desde la sensibilización y la información. Llamamos a todas las puertas con nuestra humildad pero respaldados por la responsabilidad, la profesionalidad y la ética y mirando hacia el futuro. Ese futuro que se cambia desde el presente, ese futuro que está llegando y del que somos responsables aunque no seamos protagonistas (o si…). Yo no quiero que mi hijo me diga que estando en mi mano hacer algo no luché.
Quiero darte las gracias por todo el apoyo que muestras con cada “me gusta”, con un comentario, con unas palabras, con una asistencia…Eso nos ayuda. Pero también me gustaría que te hicieras presente en este proyecto, que aportes, que animes. No le des la espalda al río, deja la vergüenza a un lado si es necesario y “mójate” con nosotros por un Tajo vivo.

Laura

OTRO CUMPLEAÑOS

Una vez más colaboro con el semanario ribereño Más. Agradezco mucho su confianza y la oportunidad de escribir en «voz alta»

La gente cambia, aunque algunos se empeñen en decir que no pueden. Hay momentos en que todo se transforma, quizás sea poco a poco, o un cúmulo de circunstancias y de repente revisas tu alma y ves que no eres la misma, o hay ocasiones en que sabes el momento exacto. En mi caso supongo que he tenido todos los tipos siendo más consciente en algunas ocasiones que otras. Antes me empeñaba en decir que había nacido así y ya está, luego me di cuenta de que las habilidades sociales se trabajan diariamente, que comienzas a “actuar” pero finalmente llega a ser tu actitud y tu forma de vida. Otro momento fue en 2008, una ausencia grande que nos tambaleo y nos hizo a aprender a vivir de otra forma, sonriendo entre lágrimas y notando siempre su energía cercana pero sin poder tocarla. Y en 2012 llegó el siguiente. Nació mi hijo, la mayor alegría de mi vida, un terremoto de luz de mil colores, y comprendí lo que era el amor incondicional y admire a mis padres más aún de lo que ya lo hacía.

Pero a los pocos días, me puse mala. Sin ser consciente de ello bailaba en un hilo frágil, sutil, perdiendo poco a poco luminosidad. No puedo contar cómo fue porque aunque era la “protagonista” parecía que no me pasaba a mi. Lo que más deseaba era poder ver a mi hijo, tenerlo en brazos, darle todo lo que tenía en mi interior. Y además estaba mi familia, los que dan todo por mi, los que no se rendían, los que pintaban una sonrisa antes de pasar a verme a ese cubículo, y me animaban, y me querían y me dejaban su fuerza, quizás por eso luego notaban que se tambaleaban, aunque nunca lo han reconocido delante de mi. De nuevo inconscientemente, cogí ese hilo, lo trencé con la fuerza de los míos, con los aprendizajes, con la energía que me dejó mi hermana, y todos los que la antecedieron. Busqué el ejemplo de esas personas maravillosas que han sufrido y se han reconstruido y también la promesa de ese ser tan especial que es mi niño, mi pequeño guerrero de luz. Y ya no me conformé con lo de antes, sino que DECIDÍ VIVIR. En ese momento me hice dueña de mi vida, y me prometí que sería siempre fiel a mi, que buscaría lo mejor, que no me conformaría con poco porque lo merezco todo, que tenía que devolver todo lo que me habían dado, no por obligación, sino porque eso me hace sentir mejor. Tuve que rozar la oscuridad para iluminarme desde dentro y reflejarlo fuera.

Nunca podré agradecer lo suficiente a todas esas personas, sabéis perfectamente quienes sois, todo lo que me distéis. Y a los que os dieron las fuerzas, aunque no lo hicieran conmigo directamente. Creamos una cadena que no se rompe. Comprendí que hay ocasiones en las que se tienen varios cumpleaños, que se deben celebrar.

Laura

LA ALIANZA

Otra semana más he tenido la oportunidad de escribir en el semanario ribereño Más. Para mi es un gran regalo el que sigan contando conmigo para poder «escribir en voz alta». 

Estaba nadando, se sentía bien, segura, tenía confianza y además la miraba desde la orilla. Quiso sentir el agua, probar sus posibilidades, tomó aire y se sumergió. Estaba tranquila, disfrutando y de repente, sin saber cómo, su anillo se quedó enganchado, no era capaz de soltarse, los nervios se agarraban a su corazón mientras su mente era consciente de que el aire de sus pulmones pasaría a ser líquido…

Se despertó, la pesadilla había sido muy real, demasiado. Sentía que el corazón no podía ir más rápido, no sabía si tenía frío o calor, las manos temblaban. Lo había soñado, pero…en ese momento fue consciente. No lo había soñado, era real, era su propio Yo quien hablaba con ella en sueños (siempre ocurre así)

Había sido muy feliz, se habían conocido, habían aprendido a comprenderse y a amarse, a compartir, a crear una vida juntos, quizás no era perfecta pero era  su mundo, conocía su ritmo, no hacía falta hablar. De hecho ya hacía tiempo que no hablaban, hacía tiempo que su ritmo ya no tenía compás sino que había caído en la monotonía, en el aburrimiento, aunque seguía existiendo un sitio común, que iba modificándose, pero no se había dado cuenta de las consecuencias. La rutina cambió: discusiones, reproches no dichos que se intuían en su miradas, ambiente denso que oprimía el pecho, sonrisas que enmascaran otros pensamientos, silencios que retumban más que los gritos y que se graban en las células, maletas hechas, armarios vacíos, y una puerta que se cierra.

Miro su mano, seguía teniendo la alianza, recuerdo de esa promesa de unidad en toda circunstancia…Suspiró, las lágrimas rodaron, y tuvo que aprender a vivir de nuevo.

Cuando menos lo esperaba aparecía una sonrisa, aprendió a llenar su espacio con nuevas actividades, comenzó a disfrutar de su tiempo, quedó con sus amistades, encontró más tiempo para su familia y hizo las cosas que en el pasado había pospuesto. Respiraba, y su corazón tenía otro ritmo, había encontrado su melodía. Fue consciente de que si otras cosas más importantes no la habían destruido esto tampoco lo haría. Comprendió que era muy grande y especial como para compartir su vida con quien no quería estar a su lado. Supo que la vida es un presente que hay que exprimir y que debe hacerse con intensidad. Tuvo la certeza de que jamás estaría sola porque tenía alguien que jamás la abandonaría, que velaría por su bienestar, que la ayudaría a encontrar soluciones y estrategias, que la dejaría llorar pero también le daría la mano para levantarse, que sería sincera con ella, que la amaría como nadie podría hacerlo y que no esperaría nada a cambio. Escuchó su voz, no tuvo dudas y se dejó llevar. Lo tenía todo, siempre había estado ahí pero la habían engañado con cuentos de medios limones. SE TENÍA A SI MISMA CON TODO LO QUE ELLO SIGNIFICA

Laura

DIEZ AÑOS

Otra semana he podido colaborar con el semanario ribereño Más. Y esta semana ha coincidido con una fecha especial en mi vida y así he podido hacer un pequeño homenaje. Gracias por darme la oportunidad de «escribir en voz alta».

Cómo explicar lo que ha pasado en diez años…Ese día nuestra vida cambió para siempre, nos dijeron que te habías ido. Siempre cuesta “despedirse” pero quizás ayudó el que habíamos tenido unos días para prepararnos. Incluso eso supiste hacer bien, nos dejaste un tiempo para estar contigo, para poder decirte lo que no te habíamos dicho. Pero, ¿sabes? No fue suficiente. Seguimos teniendo mil cosas en la mente, te añoramos en cada fecha, tu silencio pesa…

Hace diez años comprobaba la relevancia de las cosas no importantes. Esas palabras que casi carecen de sentido pero se transforman en inolvidables. Sigo siendo incapaz de desayunar a primera hora. Quizás espero que vengas y me preguntes “¿No desayunas?”. Y te diría: No, pero quiero decirte que te quiero, y quiero oír tu risa, y quiero que te quedes un rato más, incluso que discutamos si es lo que necesitas porque sé que después de eso vendrá otra vez la comprensión. Y es que nos empapan los recuerdos pero nos ha faltado tanto tiempo, tanto…»

A veces me pregunto si fue un sueño, pero están los recuerdos que atesoramos en el alma, y aparecen los gestos que nos recuerdan a ti, o escucho a Amaral y me pregunto si te conocía, y suelto una carcajada o muerdo el silencio que ha dejado tu ausencia. Pero hay algo peor que eso, que sería no haberte tenido nunca. Y es que siento que te quedaste en cada uno de nosotros. Tu energía, que era inmensa, se dispersó para todos los que te conocíamos. Y sigues haciendo magia y apareces incluso en los que no te conocieron. Y encuentro consuelo escribiendo, o hablando de ti, y recibiendo respuestas de las personas que te quisieron, que son tantas…No sé si llegaste a ser consciente del poder que ejercías sobre tus personas.

En diez años el mundo siguió girando, aunque su ritmo cambió. Los latidos de los corazones rotos tuvieron que acompasarse y buscar un nuevo son marcado por tu silencio y el amor que compartimos. Es una melodía triste pero tan bonita y tan llena de agradecimiento. Porque tú nos has hecho apreciar la vida de otra forma, hemos aprendido a vivirla a tu manera, tan intensa. A veces necesito tomar fuerzas, y entonces tu sonrisa de medio lado aparece para retarme, me anima a seguir, siento tu calor y al final aparece la risa sonora o el “yo confío en ti”. Y es que me acompañas. Eres parte de mi vida, lo sigues siendo aunque no te vea.

Y al final no te he contado todo lo que ha pasado, pero es que estoy intentando alargar el momento. Quiero alargar nuestro encuentro, porque estás tan lejos… pero te siento tan cerca…Siempre con nosotros…Siempre, hermanita…

Laura

JÓVENES Y FUTURO

 

Otra vez he tenido la oportunidad de escribir en el semanario ribereño Más. Esta vez quería reflexionar sobre la importancia que tiene el mensaje que damos a los jóvenes. Gracias por dejarme escribir «en voz alta».

En mis cursos a personas en situación de desempleo suelo encontrar falta de autoestima y de asunción de responsabilidades. Es un problema social. Quise ser proactiva y hablé con l@s jóvenes, con mayor capacidad de adaptación y l@s adult@s del mañana. Es un público exigente, no les vale cualquier cosa, ya viene otra persona a contarles lo que es la vida, cuando ell@s son los que verdaderamente saben lo que necesitan. La charla se puede resumir en:

Sus puntos fuertes: es común preguntarlo a l@s adult@s y que no digan nada y se incomoden, que se sientan narcisistas si los nombran, que sugieran que no tienen. Con los puntos débiles, contestan rápido y una larga ristra. No se valora lo bueno que hacemos pero se nos da un golpe en la chepa al menor fallo. Así hacemos también con l@s jóvenes, cuando realmente están empezando a desarrollar su potencial. No podemos permitir que su autoconcepto quede dañado, permanentemente. Les preguntas si se quieren a si mismos y te miran raro. Quizás no se lo hayan planteado, o la respuesta es mucho más dura. Cómo van a quererse si constantemente se les recrimina lo que no valen.

Las etiquetas: silenciosas, o no tanto, que benefician o perjudican. Clasificamos el mundo, nos facilita la vida y la adaptación a las circunstancias. Pero si la etiqueta es negativa y constante influirá en nuestra actitud y nuestras acciones. No es lo mismo ser que estar.

El lenguaje: Base de los proyectos. Es imprescindible tener una meta clara, SIEMPRE EN POSITIVO Y CREYENDO EN MIS POSIBILIDADES. Nos responsabilizamos y no podemos echar balones fuera. Si además se lo decimos a otra persona, el compromiso es mayor y buscaré más formas de conseguirlo. Así se crea la actitud, esencia de la persona, y se encamina a la acción.

El futuro será del color que yo pinte mi vida. La palabra crisis es dañina. Ha creado un “inmovilismo” acompañado de tristeza, impotencia, aislamiento…y no permite activar los mecanismos de cambio. Esta actitud se transmite y es y onmipresente, cala, también en los jóvenes y los niñ@s. Si siempre escuchas “no hay trabajo, no hay futuro” (que frase más bestial), ¿Con qué animo te pones a estudiar si acabarás en la cola del paro? Antes decían “estudia y llegarás lejos”, ahora es “estudia” pero hay otro mensaje persistente “de la crisis no nos saca nadie”. Seamos conscientes de la repercusión de los mensajes que transmitimos.

Culpabilidad/responsabilidad: ¡No son sinónimos!. Usamos más la culpa acompañada de un agente externo creando un falso bienestar, el problema no está en mi sino en otra causa. Se vive como problema y no como una oportunidad de crecer y de salir de nuestra zona de confort. Es más fácil echar balones fuera que asumir que la respuesta para cambiar mi situación depende de mi  y que debo movilizarme para crear el cambio. Cuesta asumirlo.

Nos mueve la emoción: Los resultados dependerán de lo que se sienta. No recordarás cómo fue pero si cómo lo viviste y lo clasificarás.

Tengo claro que con los jóvenes nuestro futuro va a ser más brillante. Yo confío en ell@s.

Laura

 

 

HIJOS DEL RÍO TAJO

En la columna del Más de esta semana nos invitan a que nos mojemos por un río Tajo vivo sin trasvases. ¡¡Os esperamos!! ¡¡No le des la espalda al río!!

Somos hijos del río. No es Aranjuez y luego el Tajo, sino que nuestro pueblo, nuestra esencia se crea a partir del Padre Tajo. Los jardines, las vegas, el Plátano Padre, la Casita del Labrador, el pertenecer a la lista de Paisajes Culturales Patrimonio de la Humanidad, el Real Sitio y todo lo que ha sido se lo debemos al río. Sus aguas han marcado nuestro ritmo, han forjado nuestro carácter, han creado nuestra rutina y un estilo de vida. Todo se lo debíamos, éramos conscientes de ello y se le agradecía. Pero luego vinieron otros tiempos, aparecieron las piscinas, trabajar en el campo era duro y empezamos a darle la espalda. Su música seguía sonando, pero de fondo, siempre presente desde el olvido, paciente, esperando que volviésemos a mirarlo. Generoso, seguía aportando toda su riqueza y su energía, y agonizante, perdiendo fuerza porque se empeñan en alterar de forma artificial y atroz su cauce y su destino, un mes tras otro hasta completar décadas, y esa sentencia de muerte no la impiden ni los unos ni los otros. Los “mayores” mandan y juegan a ser dioses, alterando la naturaleza pensando sólo en intereses económicos desiguales y sin pensar en mañana y las consecuencias. Pero Él, resiliente, en el momento que le dejan recuperarse un poco, renace, limpia, cuida todo a su paso, alimenta su creación, consciente de que él abrirá su camino de una forma u otra, se reinventará y perdurará pero los que perdemos somos nosotros.

Los ribereños estamos impregnados de su energía y mientras Él languidece nosotros lo hacemos también, una decadencia compartida. Pero parece que últimamente la gente vuelve a mirar al río, los jóvenes vuelven a sus aguas, los veranos vuelven a ser “fluviales”. Se sientan en una mesa y reman todos al unísono porque saben que su futuro es el de todos y es necesaria la unidad sin fisuras. La palabra solidaridad deja de ser un argumento y aumenta la consciencia de que todo tiene un fin, no todo vale ni de cualquier forma. Y el Tajo, siempre presente, lo sabe y recobra fuerza nuevamente y se prepara porque sabe que algo está cambiando y que su futuro es más alentador.

Este domingo nos uniremos todos en el Mochazo, para dar el salto que es algo simbólico, pero adquirimos el compromiso de luchar, se dice ¡¡Basta, queremos un río vivo y el fin del trasvase!!. El ambiente es festivo, se recuerdan tiempos mejores y estoy segura de que alguien vigilará desde lo alto. Si mantenemos silencio oíremos las voces del pasado, realizaremos esa fotosíntesis mutua mientras nos inunda el espíritu ribereño, y el Río vivirá y lo agradecerá. El no se rinde, nosotros tampoco. No le des la espalda, ¡¡MÓJATE POR NUESTRO RÍO TAJO!!

Laura

 

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